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jueves, 31 de marzo de 2011

El lector ecuménico

En este texto, "La biblioteca de Babel" de Borges,  el lector se ve representado a sí mismo: el cuento es una especie de metáfora del mundo, representado por una biblioteca. El lector ha vivido ya lo suficiente como para ser capaz de verse a sí mismo en casi todo, como cuando vuelves a la casa de tu padres y sientes que todo forma parte de ti: algo así debe pasarte cuando tienes mucha vida a las espaldas, mucho libros leídos, muchos días vividos y noches dormidas –o no-.
Lugar escogido para este tipo de lector: Carril de la Lona, número 3 (Albayzin) 
Por Sabrina Behihofer y Ángel Galera

El lector atrapado

La historia de "Continuidad de los parques" de Julio Cortázar se halla sumergida de principio a fin dentro de otra historia, es decir, existe una intrahistoria. El protagonista del relato, el lector que nos ocupa, queda totalmente sumergido y atrapado por la novela que lee, hasta tal punto, que es asesinado por sus propios personajes. Realidad y ficción se entremezclan, introduciéndose la lógica dos o ficcional del texto de una manera tan sutil que a primera vista nos pasa desapercibida.
Tiene en todo momento conciencia de lectura y se deja llevar por el hilo de los personajes.
El lugar de Granada más propicio para este tipo de lector: Lavadero de la Placeta del Sol (Realejo).
Por Carmen Comino Martínez 

El lector bandoleresco

En "El juguete rabioso" de Roberto Arlt, la lectura de aventuras y bandidos influye en la personalidad del protagonista, del cual no se conoce el nombre hasta avanzadas las primeras páginas, cuando Enrique lo nombra; se llama Silvio, quien, junto a Enrique Irzubeta, comienzan a cometer robos. Éste último, engañaba a fabricantes, falsificaba objetos que luego vendía, etc.
El chico reconoce que “ya había leído los cuarenta y tantos tomos que el Vizconde de Ponson de Terrail escribiera acerca del hijo adoptivo de mamá Fipart, el admirable Rocambole, y aspiraba a ser bandido del la alta escuela”, cuando conoció un día estival, en el sórdido almacén del barrio a Irzubeta. El término de “sórdido almacén” puede tener  un sentido metafórico o quizá referirse al lugar de trabajo del viejo zapatero, pero es un dato que no se queda lo suficientemente claro.
Silvio afirma también haber descubierto un nuevo mundo pintoresco en la casa de la familia Irzubeta; esto posiblemente lo diga porque junto a Enrique hizo “gamberradas” inimaginables. Y es que en aquella familia todos holgaban con vagancia dulce, con ocios que se paseaban de las novelas de Dumas al reconfortante sueño de las siestas y al amable chismorreo del atardecer.
El tipo de lectura en la que lo inició el viejo zapatero, la literatura bandoleresca, provocó un cambio en su vida, y más aun cuando conoció a Irzubeta, el que lo inició de lleno en una vida de robos y malas acciones.
Lugar elegido de Granada para este lector: Mirador de San Cristóbal (Albayzin)
Por  Inmaculada Arroyo García y María Dolores Villegas Gualda
 

El lector en Si Menor


En "El Vals de Mefisto", cuento extraordinario de Sergio Pitol, la elección de leer, y de leer una revista que contiene un artículo del ex-marido de la protagonista de este relato, está bastante relacionada con el destino, el azar: “cayó a sus pies la revista”. Nuestra protagonista quería leerla tranquilamente en su casa, y al final su inconsciente (la puso en su bolso de mano en vez de en la maleta negra ), le da la posibilidad de leerla antes, a destiempo, durante su viaje nocturno.
La lectora se encuentra en un punto transformada por la lectura,  ya que confrontándose a ella se da cuenta de lo positivo de su ruptura con su ex-marido, de sus diferencias y distintos de puntos de vista. Ya han cogido dos caminos diferentes, y toda esta nostalgia que siempre es necesaria, le permite ir adelante con menos remordimientos.
Al fin y al cabo la lectura de la protagonista es concreta y hace que  nosotros, los lectores del cuento, entendamos la paradoja del personaje y de toda ruptura amorosa, de cualquier una persona frente a una relación de pareja. 
Lugar escogido en Granda para este lector: la muralla del Albayzin.
El soporte musical que acompaña al texto y al lugar:
Escogí tres obras distintas que pueden acompañar una lectura como ésta. La primera parte es un pasaje del vals n°1 extraído del Vals de Mefisto de Liszt. Me parecía interesante concretar el tema principal del cuento para dar una visión real a esta música y entender mejor la virtuosidad de la que se habla en el cuento. Esta obra pianística fue compuesta en 1859, en pleno romanticismo, y al escucharla se notan las ambigüedades pasionales que se narran en el cuento.
El segunda parte es una composición para canto y piano de Bemberg, titulada Chant hindou: se cuenta, con un texto en francés, el dolor de la muerte de un amante. La voz lírica desesperada nos ayuda a ponernos en la piel de la protagonista, que refleja la desestabilización de provocan los sentimientos de la protagonista por Guillermo. Esta obra romántica también ofrece muchos matices relaciones con las pasiones amorosas.
La última parte es una interpretación de una canción francesa muy famosa, Ne me quitte pas de Jacques Brel. El título significa “No me dejes”, y la letra es muy triste, pero esta interpretación quiere dar otra visión de la canción, expresar lo contrario musicalmente y emocionalmente. Simbolizaría la paradoja de los sentimientos amorosos,  como lo que vive la protagonista: su vida continúa, aunque se haya quedado tocada y perturbada al leer la revista de Guillermo.
La música es el arte más puro, por su aspecto imperceptible, impalpable e inexistente. No podemos protegernos de los sentimientos y de las emociones que nos trasmite. La experiencia sensorial que propongo es la de descubrir esa parte de la muralla, en la que no se escucha los ruidos agresivos de la ciudad (coche ..), en este lugar medio escondido, medio abierto al mundo. Y empezar a leer el cuento con este fondo musical, escogido para hacer surgir las emociones encontradas en el cuento. La evolución de las composiciones remite a la evolución de la protagonista, y deben servir por un lado a la lectura y por otro lado al lector que de esta manera consigue ensimismarse en un universo ficticio.
El piano solo al principio permite entrar en el cuento casi sin darnos cuenta de que la música suena, la segunda obra tiene relación con la primera gracias al piano que tienen en común, pero la voz añadida abre un sinfín de perspectivas emocionales. La voz es el único instrumento que forma parte de nosotros, y de hecho experimentamos una sensibilidad particular al escucharla. La última parte la grabé a capela.
Por Eva Frey

El lector fragmentado

La lectura en "El arte de la pérdida" de Cristina Peri Rossi sólo tiene como objetivo pasar el tiempo,  pero se convierte para el lector en un texto de gran interés. Su lectura despierta una esperanza nueva, se siente una persona diferente y los puntos negativos de su vida se esfuman de repente al leer el artículo. En efecto, según la teoría del psicólogo que lo escribió, todos los hombres poseen el secreto de su identidad personal, algo que nunca le abandonará y que nunca podrá revelar.
El lector se siente más poderoso, más seguro de sí mismo como si fuera un ser privilegiado que posee un tesoro secreto. La alegría invade de nuevo su mente.
Pero después de haber sido transformado por la lectura, vuelve a la realidad y se le ocurren diversas preguntas. ¿Cómo utilizar su tesoro si aun no sabe qué es? ¿Alguien podría robárselo?
Entonces, se puede destacar un movimiento circular creado por el efecto de lectura sobre el lector, despojado de todo después de haber tenido ilusiones, se vuelve al mismo estado que antes de la lectura.
Lugar escogido para esta clase de lector: la estación de autobuses de Granada.
Por ANSRI CORALIE y COLLIN CAROLINE

El lector-espejo


La lectora del cuento "Maneras de estar preso" de Julio Cortázar, mientras lee el texto, reflejada en sus páginas, siente que su vida se va desarrollando, que fluye y se expande. Por eso, tiene que leer el texto para saber lo que sucederá en su vida. Es decir, el libro describe y define toda su vida. Nuestra lectora cambia de todos modos después de leer el texto, ya que su vida se transforma en el momento que la lectura. Los hechos que lee en el texto ocurren al mismo tiempo en el libro y en su propia vida.
El lugar elegido para este lector es la estación de tren de Granada.
Por Nina Dillen y Pandora Versteden

El lector encantado


Tenemos un texto de Carlos Fuentes, "Aura", donde se produce una transformación en el lector después de la última lectura. En ésta encontramos las respuestas a todas las escenas misteriosas ocurridas en la casa. Ahora todo cobra sentido de la mano de la lectura, pero por si queda lugar a dudas será la “lectura” de las fotos, una prueba mucho más evidente y poderosa, la que sentenciará el final. Entre las fotos encontrará una primera del coronel y una segunda en la que aparentemente está retratada Aura, sin embargo en el reverso de la foto encuentra la firma de Consuelo Llorente, la mujer del coronel y la anciana que lo contrató. Pero la cumbre de la anagnórisis, como si de una tragedia romana se tratara, viene de la mano de la tercera foto en la que parece Aura, un poco más envejecida, junto al coronel Llorente. Al mirar esta foto el lector se reconoce y ve el gran paralelismo que poco a poco se ha ido presentando a lo largo de toda la obra: Él y el coronel Llorente son la misma persona, Aura y la señora Llorente son la misma persona. Entonces, nos encontramos ante la luz cegadora en el momento culmen del reconocimiento, momento en el que “toda la verdad sale a la luz”:
“Pegas esas fotografías a tus ojos, las levantas hacia el tragaluz: tapas con una mano la barba blanca del general Llorente, lo imaginas con el pelo negro y siempre te encuentras, borrado, perdido, olvidado, pero tú, tú, tú.”
El lugar escogido para este tipo de lector en la ciudad de Granada es la biblioteca del Hospital Real
Por Soraya Castillo Lombardo y Rafael Ortega Mesa.