La historia de "Continuidad de los parques" de Julio Cortázar se halla sumergida de principio a fin dentro de otra historia, es decir, existe una intrahistoria. El protagonista del relato, el lector que nos ocupa, queda totalmente sumergido y atrapado por la novela que lee, hasta tal punto, que es asesinado por sus propios personajes. Realidad y ficción se entremezclan, introduciéndose la lógica dos o ficcional del texto de una manera tan sutil que a primera vista nos pasa desapercibida.
Tiene en todo momento conciencia de lectura y se deja llevar por el hilo de los personajes.
El lugar de Granada más propicio para este tipo de lector: Lavadero de la Placeta del Sol (Realejo).
Por Carmen Comino Martínez