Páginas

miércoles, 18 de mayo de 2011

Explicación de el proceso en la asignatura Literatura Hispanoamericana III

A finales de febrero de 2011, comenzaron las clases de Literatura Hispanoamericana III. Yo imparto las clases en el grupo de mañana de dicha asignatura.
Como formo parte del proyecto de innovación docente "Granada: ciudad de lectores" animé en los primeros días a los alumnos a formar parte, optativamente, de él. 

La pretensión de esta entrada es describir, brevemente, 
cómo ha sido la labor que hemos llevado a cabo.

Se formaron finalmente dieciocho grupos, que hemos trabajado con dieciocho textos:

Alfredo Bryce Echenique, El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz (fragmento)
Carlos Fuentes, “Aura” (completo)
Cristina Peri Rossi, “El arte de la pérdida” (completo)
Elena Poniatowska, “La hija del filósofo” (completo)
Jorge Luis Borges, “La biblioteca de Babel” (completo)
Juan Carlos Onetti, “Un sueño realizado” (completo)
Julio Cortázar, “Continuidad de los parques” (completo)
Julio Cortázar, “Maneras de estar preso” (completo)
Julio Cortázar, Rayuela (fragmento)
Julio Ramón Ribeyro, “El libro en blanco” (completo)
Luisa Valenzuela “Lopo”  (completo)
Ricardo Piglia, "El último lector" (completo)
Ricardo Piglia, “Un pez en el hielo” (completo)
Roberto Arlt, El juguete rabioso (fragmento)
Roberto Bolaño, Amuleto (fragmento)
Rodrigo Fresán, "Apuntes para una teoría de lector" (completo)
Sergio Pitol, “El relato veneciano de Billie Upward” (completo)
Sergio Pitol, “Vals de Mefisto” (completo)

La propuesta que diseñamos para desarrollar con los/as alumnos/as intentaba ligar la idea de la lectura con la noción de espacio; además, el material que se iba generando le era enviado a Javier Castellano y Sergio Castillo, profesores de Arquitectura de la Universidad de Málaga, y ellos lo utilizaban para trabajar con su grupo de estudiantes.

Dividimos el trabajo en tres frases:

Primera fase
 
Descripción de lugar físico (real) en el que ocurría el acto de lectura dentro del texto. Esa descripción no debía decir explícitamente en que sitio estábamos (en una casa, una cafetería o una biblioteca), sino describir las características de dicho espacio, basándonos en una serie de nociones previas: 

  •          Grado de iluminación (cómo es la iluminación del lugar)
  •          Grado de apertura (hasta qué punto está abierto o cerrado)
  •          Grado de movilidad (¿se trata de un lugar que se mueve o que está fijo?)
  •          Grado de erodabilidad  (la velocidad a la que ese espacio es erosionado y afectado por el exterior: viento, agua, etc.)
  •          Grado de modificabilidad (las posibilidades que su ocupante tiene de cambiar su disposición)
  •          Grado de intimidad / privacidad (hasta qué punto el lector está solo, en un espacio privado, dentro de él)
  •          Grado de conectividad (sus posibilidades o no de estar conectado con el exterior)
  •          Grado de re-conocimiento (pensar hasta qué punto se trata de un lugar reconocible o inédito para el lector)
  •          Grado de estancialidad (capacidad para permanecer o no en dicho sitio; si un lugar de paso o un lugar para quedarse)
  •          Grado de transitabilidad (hasta qué punto es fácil moverse por dentro del espacio)
  •          Grado de accesibilidad (hasta qué punto es fácil entrar en el espacio)
  •          Grado de evacuabilidad (hasta qué punto es fácil salir de él)
  •          Grado de interferencia (¿le afectan o no los ruidos y circunstancias exteriores?)
  •          Grado de altura con respecto al suelo (¿está a nivel de suelo o queda por arriba –y cuánto- o por debajo?)
Con estas referencias, cada grupo redactó un pequeño texto (aproximadamente de una página), aplicando estos “grados” al lugar real en el que ocurría la lectura en el relato.
Este material fue recibido y trabajado por los/as alumnos/as de Arquitectura de Málaga: tuvieron que buscar un sitio ya existente de Málaga, que cumpliera (al menos en su mayor parte) los requisitos que marcaban dicha descripción.

Segunda fase

Esta fase fue, sin duda, más compleja. Mucho más abstracta e interesante, permitiéndonos desarrolla un pensamiento creativo y crítico.

Imaginemos que la lectura es un modo de transportar al lector a otro sitio. De cambiar su ubicación: ¿cómo sería el lugar al que el lector de cada relato se traslada cuando se concentra en su texto?
No estoy hablando de un lugar geográfico concreto, sino de un lugar simbólico. 
Definimos a esto como “la lectura como espacio metafórico”.
- Hay personas que buscan libros que les hagan sentir cómodos, en un lugar reconocible: hay lectores que cuando leen buscan sentirse como en su casa.
- Hay quienes desean, por el contrario, que la lectura les lleve, en cambio, a un lugar desconocido, inseguro, tal vez un sitio en el que perderse: la lectura entonces sería como un laberinto donde nos dejamos enredar.
- Hay lectores que buscan que los libros les ayuden a conocer el mundo, a tener una mirada panorámica sobre él: la lectura sería entonces como una torre a la que subirnos y desde la que dominar la realidad.
- Etc., etc….

El reto consistía, entonces, en utilizar el mismo listado de los grados, pero aplicarlos, en este caso, a cómo sería ese espacio metafórico al que la lectura nos traslada.

Consciente que esta fase era bastante compleja, intenté ayudarles a los alumnos ofreciéndoles un ejemplo. Propuse mi propia lectura de cómo era esa metáfora espacial para la acción de leer de un personaje al que todos conocemos: Don Quijote.
Así era como yo lo veía:

“LA LECTURA COMO ESPACIO SIMBÓLICO EN
DON QUIJOTE DE LA MANCHA

Interpretación personal de Gracia Morales

Grado de iluminación: es un sitio donde la iluminación resulta enceguecedora. No sólo porque entra mucha luz, sino porque parece haber en él espejos y superficies metálicas que reflejan y multiplican esa luz.
Grado de apertura: se trata de un lugar cerrado, si bien las paredes que lo cercan no producen sensación de clausura. Se trata de una forma de cierre sutil, que no produce sensación de claustrofobia al lector. Él, de hecho, cree estar en un lugar abierto, pero no lo es.
Grado de movilidad: es un sitio que, a lo largo del tiempo, se ha ido desplazando, pero muy sutilmente. El movimiento es apenas perceptible, pero existe.
Grado de erodabilidad: este recinto que venimos describiendo va degenerando paulatinamente hasta que, finalmente, con el paso de los años, debido al empuje de elementos exteriores, acabará totalmente destruido.
Grado de modificabilidad: el lugar es modificable, pero dentro de ciertos límites: las modificaciones, que se están produciendo constantemente, en realidad no modifican la esencia de ese lugar.
Grado de intimidad / privacidad: se trata de un espacio totalmente privado. Nadie puede entrar en él. Quizá su habitante querría compartirlo con algunas visitas, pero eso no resulta posible.
Grado de conectividad: la conexión con el exterior no es fácil. El que está habitando desde dentro cree estar conectado con el exterior, pero no es así: lo que le viene de fuera está siempre distorsionado, porque los mecanismos de conexión están defectuosos.
Grado de re-conocimiento: es un lugar reconocible para un sector culto, porque no resulta de uso cotidiano: ha habido otros habitadores de espacios como este y han dejando señales de este lugar a lo largo de la historia, pero no en un grado muy alto. Son como elegidos. No obstante, el lugar concreto en el que nos encontramos ahora es sin duda el emblema de este tipo de espacios. Después otros constructores han imitado este espacio original.
Grado de estancialidad: en este caso el usuario de este espacio se ha quedado allí por mucho tiempo, lo ha convertido en una estancia, aunque ciertamente debiera haber sido sólo un lugar de paso.
Grado de transitabilidad: el habitante del lugar lo transita sin problemas: se siente libre allí, es realmente su sitio.
Grado de accesibilidad: No ha sido fácil acceder a este espacio: ha sido necesario tiempo.
Grado de evacuabilidad: Pero una vez dentro, no es fácil salir. El personaje se halla encerrado en este lugar, pero sin ser consciente de ello. Él cree que ha salido ya de ese lugar, pero sigue viviendo allí. No encuentra una salida, porque tampoco la está buscando.
Grado de interferencia: Llega, inevitablemente, el sonido del exterior, pero llega difuso y modificado. Lo que fuera es sólo un susurro, dentro puede sonar como un grito y viceversa.
Grado de altura con respecto al suelo: Es un lugar que se coloca por encima del suelo, bastante en alto.
Sentimientos del ocupante del espacio con respecto a él. ¿Cómo lo habita? ¿Cómo es su relación con él?
Como hemos indicado, el habitante se encuentra cómodo en ese sitio: lo ha hecho suyo. Sin embargo, los que están fuera sienten que ese lugar, el que él ha elegido, no es el adecuado para quedarse a vivir. He insistirán una y otra vez en que debe salir de ese sitio. Los de fuera lo sienten como un lugar peligroso, pero para el habitante ese mismo peligro es lo que le aporta su razón de ser. Él necesita ese lugar. 

Cada grupo redactó, entonces, una nueva reflexión, que volvió a llegar a las manos de los estudiantes de Arquitectura de los profesores Javier Castellano y Sergio Castillo. En este caso, el trabajo de los/as alumnos/as de Málaga consistía en realizar un proyecto arquitectónico para crear un lugar físico que respondiera a las características descritas por cada uno de los grados.

Tercera fase

La última fase del trabajo de mis estudiantes de Literatura Hispanoamericana III consistía en buscar o crear una imagen que respondiera a ese lugar simbólico descrito en la fase dos. Podría ser un lugar real o un lugar imaginario, diseñado explícitamente para el proyecto.


Bien, ya hemos terminado las tres fases. 
Estoy muy satisfecha con cómo se han implicado los/as alumnos/as que, a pesar de las dudas que han tenido en algunos momentos, han seguido confiando en el proyecto y lo han sacado adelante.

He introducido toda esta explicación para que, ahora, ellos/as mismos/as puedan pasar a explicar en este blog cómo han sido sus propias experiencias.

Un abrazo fuerte,

Gracia Morales - Profesora de Literatura Hispanoamericana III- Universidad de Granada


1 comentario:

  1. Otra cosa, amigos/as. Se me olvidaba comentar la interesante posibilidad de que veáis el trabajo que los/as alumnos/as de Narrativa hispanoamericana del siglo XX realizaron a partir de los mismos textos, pero desde otra óptica: la del lector, en lugar de la de la lectura.

    ResponderEliminar