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jueves, 24 de febrero de 2011

El lector diamante


Tiene una cosa rara, Marisa, este libro, porque cuando lo abro me puedo acordar de todo lo que dice sin leer y, además de lo que está escrito ahí, también me puedo acordar de lo que la gente me cuenta y de lo que yo invento (…) y, cuando abro el libro, las puedo decir como si el libro también se acordara, es como que se me vienen todas las palabras, las historias saltan, algunas hasta parece que se hacen en las personas”

Nuestro lector, rodeado de una situación marginal y de miseria, lee para evadirse de lo que le ha tocado vivir, así como para hacer feliz a otra persona, lee para alguien y para él mismo. Lee por amor, por un sueño y por una evasión. Es un lector diamante. Chiro posee una fuerte personalidad, como la de un diamante. Un diamante sólo puede ser rallado con otro diamante, no hay otro elemento capaz de dañarlo, tan sólo alguien tan fuerte como él, con sus mismas características y aptitudes. Además, un diamante surge del simple grafito de un lápiz, sus propiedades químicas son las mismas, es el tiempo y los cambios que este experimenta los que configuran la dureza del diamante. Así, nuestro personaje, desde su niñez ha de ir conformando su propio yo, único y diferente, el cual le haga enfrentarse a cualquier situación inesperada en la vida, un error, una pérdida, un dolor. 

ÉL...
Siempre he leído por amor.
No importa el qué, cuándo o dónde, tan sólo la agradable sensación de un libro en las manos y su olor.
Esa forma… ese no sé qué que te hace suspirar y decir “Lo quiero, quiero leerme ese libro”, aunque en verdad estuviera semanas en la mesilla de noche. Pero estaba ahí, lo admiraba, lo contemplaba y, simplemente, me derretía… Tan solo el hecho de que alguien diga “libro” y suspirar enamorado. ¿Qué historia, qué secreto, qué aleph esconde este objeto tan aparentemente sobrio, quieto, callado, colocado en una polvorienta estantería, que tanto nos hace soñar? Y Soñar, porque para mí el dios aquí es el sueño, y un libro en general y cientos en particular. Sueño de día y de noche, cuando leo, cuando recuerdo, cuando suspiro, sueño con mi imaginación y sin ella, sueño por ti, por él, por mí, por ellos y con todos también. Sueño porque quiero y porque no quiero, sueño porque sí. No se haya mi felicidad entre las páginas, se haya mi vida, mi pasado, mi presente y mi futuro, y todo lo que de ello se derive.
Como he dicho, siempre leí por amor, mi sueño fue amar y ser amado, amo el arte y sé que el arte me ama a mí, y si no es así, no me importa porque nunca me lo confesará. Ningún libro me declarará abiertamente su odio hacia mí, porque yo cambiaré el sentido y será sólo amor lo que transmita.
Si pudiera leería toda mi vida, no, mejor, sería como Alicia en el país de las maravillas, pero dentro de un libro. Y que pudiera saltar de uno al otro, para vivir cada una de las historias con la atención que se merecen y que así el tiempo no me obligara a abandonar mi bonito sueño entre páginas.
Pero si hay algo más sensual y atrayente que un libro escrito, es otro sin escribir. Me volvería completamente loco si entre mis manos estuviera, lo pondría en un altar y lo alabaría por el resto de mis días y cuando ya fuera imposible adorarlo más, moriría, aunque estoy seguro que si muriera, me enfrentaría a la ley del olvido y la obligaría a cumplir mi deseo, seguir soñando para poder amar.
Amo muchas cosas, tantas… me gustaría que estuvierais en el sótano de la calle Garay en este mismo momento para que lo pudierais comprobar y así me ahorraría el esfuerzo de explicar tanto y nada a fin de cuentas.
Creo que la mejor manera de definir este sentimiento es confesando que me encanta la literatura.
Sé que si algún día dejara de amar, por supuesto, seguiría amando.
Podréis burlaros de mí y llamarme loco y yo me sentiría orgulloso de vuestro elogio, porque ahora sé que tan sólo con la locura podré ver aquello que mis ojos no alcanzan, y no es que me haya topado con el punto ciego, es que simplemente mi racionalidad no me permite ir más allá.
Si pudiera pedir un deseo sería estar loco, porque estoy cansado de vivir rodeado de personas que creen existir en una realidad encuadrada en “lo real”, y yo quiero vivir en un sueño o soñar en una vida, pero soñar.
Siempre he soñado por amor.

         ELLA...
Aaaaaaaaaaaaaaah!!!
Los pies fríos. Helados. Tiritan…
Mi silla. Mi patio. Mis manos. Blancas…
Mis miedos. Mis sueños. Mis gritos. Mis llantos. ¡Él!
Un día, y otro, y otro más. Él
Un libro, un cuento, una historia. Él
Un sueño, una esperanza, un miedo. Él
Soledad, tristeza, amparo. Él
Cariño, compañía, confianza. Él
¡Él, él, él, él…! ¡No te vayas!
Ojala pudiera gritar ¡No te vayas!
¡Quédate!
No hizo falta. Él lo sabía. Él lo sentía…
Él me quería.
Aaaaaaaaaaaaaaah!!!

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